martes, 13 de octubre de 2009

Recuerdos de octubre

Octubre de 2008. 7:45 h a.m.
Era una mañana fría. Me levanté con pocas ganas de ir a clase: ese día tenía que ir andando al instituto. Cuando estuve lista, abrí la puerta de mi casa y, para mi sorpresa, había una espesa niebla alrededor de la casa. Sólo veía tres metros más allá de mi nariz. Vivo en una casa de campo y no hay muchas casas en el camino que va al instituto.
Cerré la puerta detrás de mí y me sentí mal por haber decidido caminar ese día. No pude evitar recordar la película "La Niebla", de Stephen King. Un escalofrío recorrió mi espalda. Casi no se oía nada, solo el rumor de las hojas de los árboles. Avancé hacia el camino que lleva a la carretera. No dejaba de pensar en las criaturas que podían salir de entre los árboles en cualquier momento. Intenté pensar en otras cosas. Cada vez oía más ruidos extraños.
Llegué a la carretera y giré a la derecha. Avancé unos metros, y sentí una extraña sensación.
Me giré. Vi una sombra, parecía una persona. Aceleré el paso. Quién sabe lo que era, a esas horas de la mañana. Después de unos momentos de pánico, volví a girarme y ya no vi nada. Qué extraño. Hubiera jurado que detrás de mí había alguien o algo. Seguí avanzando, mirando a ambos lados y, de repente, vi una sombra que se acercaba a mi desde delante.
Era un hombre alto. Iba vestido de negro, llevaba capucha. Yo estaba sola, en medio de la carretera. Mi cabeza empezó a imaginarse las peores cosas que ese hombre podría hacerme. Iba acercándose. Mi corazón iba a estallar del miedo. ¡Para ya de imaginarte cosas! pensé. Imaginé la forma en que podría zafarme de él si se le ocurría hacer algo. Con un poco de suerte, si gritaba, alguien me podría oir. Si no, intentaría correr.
Se acercaba más. A cada paso que daba, mi cara se transformaba en una mueca de terror.
Estaba a dos metros, a un metro y de repente...
-¡Buenos días!- dijo.
Me costó reaccionar. Le saludé y seguí andando por la niebla, que en ese momento ya se estaba disipando.
No pude evitar un suspiro de alivio.
Hay que ver lo malo que puede llegar a ser tanta imaginación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario