martes, 21 de septiembre de 2010

Conversaciones de mercadillo

Era un caluroso día de verano, más concretamente el primer domingo de agosto, y ese día tenía lugar el mercadillo en el pueblo. Un padre y su hijo, de unos siete u ocho años, paseaban alegremente cuando, de repente, el padre paró y le dijo a su hijo, con una sonrisa en la cara:


-¿Quieres un helado...?


-Síííí -contestó el hijo de inmediato, con la ilusión brillando en sus ojos.


-¿...de cebolla? -terminó su padre.


La cara del niño y lo que sucedió después, se lo dejo a vuestra imaginación.


Porque la gente nunca dejará de sorprenderme...