sábado, 9 de enero de 2010

Falta de inspiración

Como el propio título indica, estoy frustrada con mi falta de inspiración. Y es que la inspiración es cruel. Vale, no sé si cruel es el mejor adjetivo para expresar mi desacuerdo. Dejémoslo en que es inoportuna porque la jodida me asalta justo en el momento en que intento descansar después de un largo día. Llega a mí durante una de esas largas noches de insomnio, esas noches en vela, en que de todas formas no consigo conciliar el sueño. Pero es que justamente llega cuando no tengo fuerzas para escribir.
Así que, mientras le doy vueltas al tema que ha llegado a mi mente, rezo (a un Dios en el que no creo ni confío) para que no se me olvide nada ya que, con mi corta memoria, es difícil retener nada en ella durante el suficiente tiempo sin ninguna especie de intervención divina.
¿Y cuál es el resultado de que me llegue la inspiración a altas horas de la noche y que me pase un largo rato dándole vueltas a la historia, a los personajes y a los lugares que podría crear?
Pues que de la primera idea surjan otras y otras, desbaratando así la historia principal, y convirtiéndola en algo completamente incoherente. Y, aunque me guste la incoherencia, se me olvida casi por completo el tema principal y se mezcla con mis experiencias personales, de modo que no puedo escribir ningún relato como antaño hacía.
Así que, estúpida inspiración, procura venir a mi cuando yo te lo pida, así podré dormir cuando es hora de dormir, y escribir cuando quiera escribir.
He aquí la primera entrada del año.
¡Tachán!