Era un caluroso día de verano, más concretamente el primer domingo de agosto, y ese día tenía lugar el mercadillo en el pueblo. Un padre y su hijo, de unos siete u ocho años, paseaban alegremente cuando, de repente, el padre paró y le dijo a su hijo, con una sonrisa en la cara:
-¿Quieres un helado...?
-Síííí -contestó el hijo de inmediato, con la ilusión brillando en sus ojos.
-¿...de cebolla? -terminó su padre.
La cara del niño y lo que sucedió después, se lo dejo a vuestra imaginación.
Porque la gente nunca dejará de sorprenderme...
Buenisimo el texto, me parece muy bueno.
ResponderEliminar:)
Onion ice cream!? xDDDD
ResponderEliminarSalut i petons! :3
JMS: M'encanta la teva manera de fer descripcions breus amb un to de subjectivitat, pero que ens transporten instantaniament al lloc dels fets i ens transmeten clarament la situació. Molt bo.
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